Eusebio Cáceres y Héctor Santos desayunan, comen y cenan juntos desde hace tres años, el tiempo que llevan viviendo en la Residencia Blume de Madrid. Ambos se entrenan a las órdenes de Juan Carlos Álvarez, el gurú de la longitud española.
Por sus manos han pasado hasta siete atletas con marcas por encima de los ocho metros, entre ellos el recordado Yago Lamela. Álvarez huye de los focos con el mismo empeño que pone en cada detalle de los entrenamientos personalizados de sus pupilos, pero no puede evitar una leve muesca de satisfacción cuando se le habla de los recientes logros de Cáceres y Santos, que se han garantizado ya su presencia en el Mundial de Doha tras lograr la mínima con sendos vuelos de 8,19.
Hacía ocho años que no había dos españoles tan arriba en el ranking europeo de la especialidad. Entonces fueron el propio Cáceres (8,23) y Luis Felipe Méliz (8,18), aunque aquella rivalidad no se prolongó demasiado en el tiempo.
Ahora el panorama es otro. El Saltamontes de Onil parece haber alcanzado su plenitud competitiva a los 27 años tras superar un rosario de lesionesmientras que Santos, de sólo 21, ha dado un definitivo paso adelante superando por primera vez la psicológica barrera de los ocho metros.
«Llegué a Madrid entrenando tres días por semana y saltando 7,50 sin haber tocado una pesa en mi vida. Juan Carlos me ha enseñado todo lo que debía saber sobre la longitud», puntualiza el onubense, que ahora ya se permite soñar a lo grande: «Al principio veía la mínima mundialista (8,17) muy lejos pero según vas saltando más y más los objetivos van cambiando. Tengo potencial para luchar por meterme en la final de Doha. Lo importante es que puedo hacer un buen papel».
Una sorpresa guardada
Cáceres escucha y asiente, convencido del potencial de su compañero: «Su margen de mejora es muy grande porque aún está por hacer en determinados aspectos». En su caso, hablamos de un ‘niño’ prodigio -con 18 años saltó 8,27- lastrado por las lesiones.
«Me he roto el isquio… Leído aquí.
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